domingo, febrero 22, 2009

No opinarás.

La publicación de los resultados de las encuestas por parte de nuestros medios parece corresponderse directamente con lo que reflejen. Manipuladas o no, las respuestas a las preguntas de las distintas encuestadoras tienen un importante papel en la política y la economía en otros lugares. Así se supo anticipadamente de la elección de Obama, la continuidad de Chávez o el "No" a Pinochet. En otros casos hay "sorpresa", especialmente cuando se ha decidido ignorar a las encuestadoras. Éstas también informan de muchos otros detalles de la vida de las naciones, como puede ser la preferencia por un equipo deportivo o un nuevo producto que sale al mercado. Las agencias, establecidas en todas partes, utilizan sus mecanismos de muestreo y se ganan la vida averiguando qué quiere la gente.

Sorprende cuando se habla de Cuba, la ausencia de mecanismos profesionales de sondeos de opinión que informen a los medios que lo requieran. Existen mecanismos controlados, al estilo del Instituto de la Opinión o las vías de información del partido. Muchas cosas no se saben sobre la opinión de mis coterráneos. Hay grandes nubes sobre importantes zonas "calientes" de la preferencia popular. Son, por ejemplo, claramente rechazadas las limitaciones a la libertad de tránsito o la rigidez artrítica de las regulaciones económicas, pero hay otros aspectos en los que resulta imposible de enterarse del nivel de satisfacción, los temores o los deseos de la gente.

Desconozco la razón por la que es así, puedo imaginar que tales empresas no tienen permiso para operar en Cuba. Quizás, al presentarse, se les hayan alegado razones de "soberanía", o probablemente no recibieran respuesta, ni concedido la licencia. También es posible figurarse los vericuetos por los que pasarían los pensamientos de un funcionario que tuviese que decidir sobre la concesión del beneplácito al avispado procurador que quiso llenar el vacío en el mercado de la información. También que exista alguna regla que haga imposible el intento.

No hay forma de conocer hechos que no se investigan, por muchas declaraciones que se hagan sobre ellos. Investigaciones secretas, parciales, presionadas, nunca darán resultados fiables y cognoscibles para todos. Es el resultado más inmediato e irrefutable de la ausencia de los instrumentos de opinión independientes, cuyo trabajo reconocen y aceptan en todas partes.

Sin embargo, algunos actúan como si supieran.