sábado, abril 12, 2008

Viñetas

Cerdito destacado.

Aquel cerdito estaba muy consciente de la importancia de su papel en las próximas celebraciones. Se esforzaba ejemplarmente en el comedero para aumentar de peso y satisfacer a sus amos con la calidad y la abundancia necesaria. Cuando ellos lo mostraban a sus amigos, estos le palmeaban el lomo y el cerdo se hacía el compromiso de tener buen sabor cuando lo cenaran.

Caídas

Y comenzó por caérsele el cabello. Después, en el quirófano, perdió las amígdalas y el apéndice. En la mesa de negociaciones, perdió la honestidad y los principios. Luego, fueron las caídas y desmayos aparatosos, hasta la fractura de cadera. Finalmente, cayó para siempre y sus amigos iban a su tumba a respirar.

Parafraseando a Voltaire

-¿Qué es el optimismo? -dijo Cacambo.

-¡Ah! -respondió Cándido- es la manía de sustentar que todo se hará bien cuando sólo se ha hecho mal.

Los Tres motivos del Oidor (Ricardo Palma, Tradiciones Peruanas)

- Por miedo, por miedo y por miedo.





Las cafeteras de Milo.

Ante mis ojos están las tres cafeteras. Gráciles, de estrecha cintura y amplia falda, semejan hermosos cuerpos de mujer. Al igual que la hermosa estatua, están mutiladas: también ellas han perdido sus brazos de plástico negro que solemos utilizar como asa, para sacarlas gentilmente del fuego.

La primera, criolla, perdió el asa por derretimiento. Un amigo le puso una prótesis de madera, que "resolvía", al menos. Una noche, la cafetera quedó al fuego, se puso mulata, se impregnó de un olor a quemado insufrible, y no pudimos volverla a utilizar.

Compramos la segunda durante una visita que nos hizo mi hermana al final del año. Cafetera nueva, italiana, café Pilón, maravilla. Pero no duraron mucho, ni el café ni la cafetera. Una madrugada, cuando trasvasaba el café de la colada de antes de salir para el trabajo, la cafetera se precipitó con gran estropicio sobre el termo, las tazas y platos del fregadero, dejándome en la mano su muñón de asa.

Decidido a continuar colando con buenas cafeteras, compré la última, que también perdió su extremidad recientemente. ¿Qué extraña epidemia amenaza las cafeteras? ¿No fabrican las asas del plástico apropiado? ¿Cuánto debe calentarse el hombro de la cafetera? Mirando las cafeteras como un problema intelectual, he llegado a mis "propias conclusiones" sobre la causa por la que tan frecuentemente pierden su integridad física. Se trata del exceso de calor requerido por el agua hirviente del receptáculo para superar el filtro del grano hinchado. El café puro se hincha menos y deja pasar fácilmente el agua tiñéndola de aromático néctar. Pero no es ése el que compramos en sobres de ciento quince gramos por cinco pesos bajo el rótulo irónico de 100% café. Espurio grano baja su ley y sus propiedades físicas y químicas distan mucho del "Cubita", para muchos inalcanzable de las tiendas.

El café "Hola" (no todos los meses por igual) es terco. No se somete fácilmente a la penetración de las aguas y se aprieta como "la plata en las raíces de los Andes". Mientras más fuerza hace el agua por subir, más se empecina en no dar paso a los de abajo. La caldera se pone a toda presión y el vapor termina por abrirse paso, convertido en un brebaje tiznado, amargo y espeso, dejando el polvo cementado en el recipiente intermedio y el brazo plástico reblandecido, incapaz de sostener el peso del agua, café, el chícharo, la calamina y el aluminio, el tiempo suficiente para que lo sirvan en las tacitas que, por otras razones, también han perdido sus asas.

Muchos tienen estrategias para "colar". Poner mitad y mitad con "borra" (polvo usado). Poner la cafetera en la meseta cuando rompe el hervor. Colocar la base bajo el chorro de agua fría. Echar agua por el agujero superior. Utilizar una fracción de la capacidad de la cafetera, especialmente en el grano.

Son sólo paliativos, la solución no incluye granos subrepticios, café en dos monedas. La solución llegará, con muchas otras, cuando todos podamos elegir el café y la cafetera que compraremos.