sábado, noviembre 29, 2008

Serie en serio

Hoy comienza una nueva "Serie Nacional". Es, como dicen con jactancia los comentaristas deportivos, "el mayor espectáculo" y una necesaria válvula de escape para miles de personas carentes de satisfacciones en otros ámbitos.

La pelota, como ocurre con la mayoría de las cosas en Cuba, está fuertemente politizada. Desde la mención, o no, de los nombres "malditos" de los estelares que "desertaron", las circunstancias de las "indisciplinas graves" por las que se sancionan a algunos atletas, la presencia de ciertas personas en las delegaciones deportivas cubanas, las "cuchillas" de algunos árbitros en momentos especiales, son vistas bajo luces políticas.

Muestras de estas actitudes, son las transmisiones de la televisión nacional. Aunque es fácil ver partidos de fútbol de la liga inglesa (o cualquier otra), de tenis, motocross, deportes extremos, etc., es imposible ver un juego de beisbol de la liga del Caribe, la Japonesa o las Grandes Ligas (averigüe por qué), una pelea de boxeo en que no tengamos un competidor residiendo en la isla, o un juego de fútbol americano.

Durante más de seis meses, las presiones se canalizarán por rumbos inofensivos y muchos sustituirán su preocupación de "qué comeremos esta noche" por la de "quién lanzará mañana". En este sentido es muy importante que Industriales siga "dando espectáculo" a pesar de sus frecuentes amputaciones, ya que la Ciudad de la Habana es estratégicamente primordial (eso quizás explique la razón por la cual sus cuotas –en la libreta de abastecimientos– sean mayores que las de otras provincias). Es la causa también de que a este equipo se le haya proporcionado la ventaja de contar con una segunda novena representando a la provincia en el mismo torneo, de donde es posible extraer a sus mejores exponentes sin las trabas que se colocan a los traslados de deportistas entre otros equipos. Si se agrega que se trata de la mayor concentración poblacional, receptora de la migración interna y la mayor actividad económica, donde se encuentran los mejores medios técnicos, habría que pensar en la importancia de los talentos ausentes (¿Cuánto no aportarían al equipo de su terruño si ello fuera posible?).

Aún así, volveremos desde esta noche a dejarnos atrapar por la emoción que produce el virtuosismo y por el desencanto de las derrotas. Es nuestro circo y no hay modo de dejar de amarlo. Soy guantanamero, pero nací en una provincia que se llamaba Oriente y por ello me gustan los equipos santiagueros. Es una explicación simplista, porque no hay cómo explicar las preferencias deportivas.