martes, enero 05, 2010

El rincón de Castellio.

Hace unas semanas, un amigo me pidió que escribiera una recomendación de un libro que hubiera leído el año que acababa. Era una tarea que me daba placer, ya que no sólo me gusta la lectura, sino también compartir los buenos ratos que los buenos libros regalan.

Hay en mi biblioteca un rincón de "favoritos" y todos los años vuelvo a leer algunos de ellos. Son libros de narraciones. En cada uno prima el deseo de contar, la pasión por la trama, más que el hallazgo formal.

Allí está "La Buena Tierra", una novela de Pearl S. Buck, cuyos personajes, campesinos realísticos, devuelven al lector el deseo de vivir con el ansia con que buscan el sustento, donde está: en la tierra que los acoge. También, "Manuscrito Encontrado en Zaragoza", de Jan Potocki, demencial narración (quizás sea mejor decir serie de relatos) a cuya fantasía desmesurada siempre recurro con placer. "Rojo y Negro", qué decir. "Crimen y Castigo". "Sinhué, el egipcio." "Pantaleón y las Visitadoras." Y otros.

No son tantos. Mi biblioteca es finita y sufre purgas no deseadas. Ese rincón, no. Para la encomienda, escogí "Castalión Contra Calvino" (en el artículo lo referencié con el nombre que le dan en las ediciones actuales, Castellio…) y creo que para un cubano de estos tiempos, es un libro necesario. Aunque Calvino propinó a Servet la respuesta más extrema que la intolerancia provee, (la hoguera) el principio básico del que partía, es el mismo que el de todos los intolerantes: "Yo tengo la razón, luego, los que piensan de otro modo, no la tienen: son criminales. Por lo tanto, hay que actuar contra ellos con todos los medios a nuestro alcance. Sus argumentos no deben escucharse, ni siquiera conocerse." Stefan Zweig escribió este libro cuando el nazismo crecía, extendiendo por todo el mundo la uniformidad y el terror a verse diferenciado. Esa es quizás la causa de que sus palabras suenen parecidas a las de Castalión. En el artículo, cité al personaje. Aquí, citaré al autor:

"La profesión de fe ligada al mundo siempre sobrevivirá a la doctrinaria y agresiva. Pero, sobre todo desde el punto de vista ético, el coraje ejemplar y sin precedentes de este hombre olvidado debe ser un modelo para las generaciones venideras. Cuando Castellio -enfrentándose a todos los teólogos del mundo- califica a Servet, asesinado por Calvino, de víctima inocente; cuando rechaza todos los argumentos de Calvino con estas inmortales palabras: "Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre", cuando en su manifiesto en defensa de la tolerancia -mucho antes que Locke, Hume, Voltaire, y mucho más brillantemente que ellos- proclama de una vez por todas el derecho a la libertad de conciencia, este hombre empeña su vida a cambio de sus convicciones."

"Y por eso es necesario recordar una y otra vez al mundo, un mundo que sólo ve los monumentos de los vencedores, que quienes construyen sus dominios sobre las tumbas y las existencias destrozadas de millones de seres no son los verdaderos héroes, sino aquellos otros que sin recurrir a la fuerza, sucumbieron frente al poder, como Castellio frente a Calvino en su lucha por la libertad de conciencia y por el definitivo advenimiento de la humanidad a la tierra."

5 comentarios:

BARBARITO dijo...

Bien, bien, bien.
No hay como empezar el año con buenas lecturas.
...y esperando la publicación de un nuevo libro de Ángel Pérez Cuza.
Saludos cordiales.

Unknown dijo...

Mis saludos para todos. Perez Cuza que bueno que ya esta de regreso.

Anónimo dijo...

Esta reflexión sí que debiera ser leída a toda voz en la isla, en lugar de todo aquel narcisismo enfermizo imperante en las reflexiones de fidel

Anónimo dijo...

solo cambiaria el ultimo parrafo por "Y por eso es necesario recordar una y otra vez al mundo, un mundo que sólo ve los monumentos de los vencedores, que quienes construyen sus dominios sobre las tumbas y las existencias destrozadas de millones de seres no son los verdaderos héroes, sino aquellos otros que sin recurrir a la fuerza, sucumbieron frente al poder, como Orlando Zapata Tamayo frente a Raúl y Fidel Castro en su lucha por la libertad de conciencia y por el definitivo advenimiento de la humanidad a la tierra." OZT ahora eres un mártir que recordará la humanidad.

glazam dijo...

Te tenía abandonado, hace ya bastante que no entraba a tu Blog.Como siempre, muy buena la entrada. Un abrazo.